Joyería para hombres: ayer y hoy. (I)

Hombre con joyería tradicional del Tíbet.
La joyería no es un patrimonio exclusivo de las mujeres. Durante toda la historia y en todas las culturas los hombres han utilizado joyas y ofebrería por motivos de adorno, status y espiritualidad.

Emperador de los mexicas Moctezuma,
considerado un dios entre sus coetáneos.
De hecho, en ciertas tribus y culturas ancestrales de África, Asia y América los hombres lucen más joyas que las mujeres.
Es el caso de los emperadores y reyes, cuyas joyas simbolizan el poder absoluto de aquel que las lleva y comporta divinidad hacia ellos.

Maharajá Sir Jagatjit Singh de Kapurthala,
célebre esposo de Anita Delgado.
Encontramos distintos ejemplos en la historia como por ejemplo Moctezuma,
Enrique VIII de Inglaterra o el Maharajá de Kapurthala. Este último era conocido por su numerosa colección de joyas, que regalaba a sus mujeres e incluso a sus caballos.
Del mismo modo, los chamanes o jefes de tribus más modestas siguen llevando joyas que simbolizan su poder espiritual y guerrero.

Jefe de la tribu Turkana de Kenia.
Pero ¿dónde quedaron estas esplendorosas joyas masculinas?
En el mundo actual, altamente globalizado por la cultura occidental, no vemos apenas hombres con tal costumbre de enjoyarse.
A partir de la Revolución Industrial la moda fue simplificándose y haciéndose más utilitaria, reservando las grandes joyas para las mujeres y los pocos emperadores absolutistas que quedaban entonces.

Nicolás II de Rusia.
Además de los pocos reductos tribales que aún quedan y algún excéntrico, podríamos decir que el último hombre en lucir semejante despliegue de joyería fue el zar Nicolás II antes de la Revolución Rusa del 17.